Desde el corazón del sur venezolano, Francisco “Viper” Díaz transformó la curiosidad técnica en un puente de conocimiento que hoy cruza fronteras. Su encuentro con la tecnología Marani no solo redefinió su manera de trabajar el audio en vivo, sino que lo convirtió en referente y voz clave para una comunidad creciente en toda Latinoamérica. Esta es la historia de cómo la precisión y el poder de un DSP pueden marcar la diferencia entre un sistema común y una experiencia sonora extraordinaria.

Desde San Fernando de Apure, en el sur venezolano, Francisco “Viper” Díaz aprendió a escuchar antes de mezclar. Y en ese ejercicio constante fue construyendo una trayectoria que hoy lo posiciona como referente regional en el ámbito del audio en vivo, las instalaciones y la producción técnica para transmisiones y proyectos audiovisuales.
“Una cosa llevaba a la otra y viceversa”, resume con sencillez. Pero su historia no tiene nada de improvisada. Si bien su primer contacto con la tecnología fue desde los estudios en computación y redes, el punto de quiebre llegó a principios de los 2000, cuando pisó una iglesia local y entendió que la necesidad de profesionalización técnica era tan grande como su vocación. “En 2003 llego a una iglesia local y me doy cuenta que se necesitaba gente especializada. Inmediatamente decidí realizar todos los estudios a distancia y presenciales que pudiera entre tiempos libres y me dediqué de lleno”, comenta.
Desde entonces, su perfil se expandió hacia todos los frentes: mezcla de FOH, monitores, grabaciones, transmisiones para radio y televisión, instalaciones fijas y móviles, restauraciones sonoras. “En la iglesia hay que hacer de todo un poco, y mucho”, dice. Y esa entrega lo llevó a acompañar cruzadas multitudinarias, girar con agrupaciones cristianas y asumir desafíos técnicos en eventos de gran escala. Todo, sin salir de su tierra: “Todo desde acá, en el sur del país”.
Una búsqueda persistente, un hallazgo revelador
El camino de Francisco Díaz hacia los procesadores Marani no fue lineal, pero sí inevitable. En su búsqueda constante por soluciones híbridas que complementaran su trabajo con sistemas analógicos y recursos limitados, los DSP se convirtieron en una obsesión técnica. “Yo venía usando la computadora como herramienta para complementar o mejorar lo que hacía con el audio analógico, tanto para la mezcla como para el sistema de audio que me tocase rentado”, explica.
Antes de la pandemia ya investigaba marcas, descargaba softwares, analizaba opciones. Pero las barreras de idioma, la escasa presencia local de ciertos fabricantes y la falta de documentación en español lo llevaban a dejar el tema en pausa… hasta que la cuarentena cambió el ritmo.
“Con mucho tiempo libre, recuerdo y me sorprendo al detallar más la información acerca de Marani. Descargo los programas y, aún sin tener algún procesador a mano, inmediatamente me doy cuenta de lo que me he estado perdiendo por tantos años.”
El descubrimiento no fue solo técnico, sino estratégico. Al probar un procesador de la serie E, Francisco quedó convencido del potencial de la marca. Pero no se quedó ahí: se convirtió en un canal de difusión. “Decidí hacer uno o dos videos en español de los programas de control como para presentarle a un sector de Venezuela la ventaja de estos procesadores”, indica. Su motivación era clara: hasta ese momento, solo circulaban videos en idiomas asiáticos, “y no entendíamos absolutamente nada… solo lo que se veía en pantalla”.
La respuesta no tardó en llegar. “Para mi sorpresa, los videos tuvieron una aceptación interesante y mayor repercusión, no solo para mi entorno sino para unos cuantos colegas en más países.” A partir de ese momento, su conexión con Marani se volvió directa: “Me contacta Gilberto Morejon, Gerente de Ventas de la marca para Latinoamérica, y ha sido una bendición como canal de información y comunicación con la marca y todo el movimiento que viene tomando más fuerza en la región”.
Precisión, potencia y una nueva forma de escuchar
Para alguien que ha recorrido escenarios, iglesias y giras con todo tipo de equipamiento, la diferencia no pasa desapercibida. Francisco tiene claro lo que le ofrecieron los procesadores Marani frente a todo lo que había usado antes: “La diferencia es total”.
En primer lugar, el sonido: “Para mí, lo escucho tan natural como que el audio que entra es el que sale”, señala, marcando distancia con otros DSP que, según su criterio, colorean la señal. Pero el cambio va más allá de la fidelidad. “Todas las herramientas disponibles están con máxima calidad, sin detrimento ni de señal, ni de capacidades de procesamiento”, asegura.
Y suma un tercer punto clave: la experiencia de usuario. “Todo está a la vista, todo está a la mano, con acceso directo y respuesta inmediata, sin interrupción del trabajo del audio en vivo.”
Ese nivel de control y eficiencia se potencia aún más con una de las tecnologías más distintivas de Marani: los filtros MIR. Y como un buen fan, no oculta su entusiasmo: “Wow. En cuanto a los agudos y en sistemas con trompetas en medio-agudos o medio-altos… simplemente wow”.
Según explica, la diferencia es notoria incluso en sistemas antiguos que aún circulan en gran parte del mercado latinoamericano. “Próximamente habrán unos videos de altísima revelación sobre la ventaja irrefutable de implementarlos en nuestros amados sistemas de fuentes puntuales ochenteros y noventeros”, adelanta con entusiasmo. Y añade: “Hasta en los sistemas más modernos, ofrecen mitad de tiempo vs FIR tradicionales, fase lineal de calidad vs IIR de toda la vida”.
Su punto más impactante llega al hablar de los filtros NXF, otra de las herramientas que Marani integra en sus DSP de última generación: “Es resolver sistemas que antes implicaban hasta considerar cambiar componentes, como midwoofers o drivers. Ahora con estos filtros hay cabida para la mejora basada en la electrónica y matemática de los componentes que ya se tienen”.
En campo, el MIR480i se vuelve una herramienta completa. Para Francisco, prácticamente todas sus funciones resultan clave según las condiciones del lugar. “Podemos comenzar directamente con el AEQ, sobre todo cuando ya los sistemas son autoamplificados o activos. Ahí hay un camino recorrido”.
Esa base permite linearizar el sistema en modo speaker o adaptarlo al entorno en modo room, según el objetivo de la jornada. Cuando el sistema es activo pero cuenta con amplificación externa —y no necesariamente de Marani—, la flexibilidad se mantiene intacta: “Contamos con todo el arsenal del crossover para hacer los mejores ajustes”, asegura. Y en ese punto, recomienda una dupla que para él marca la diferencia: “El trabajo con el FFT que tiene comunicación directa con herramientas como RITA es ideal”.
Durante un show, cada segundo cuenta, y según su experiencia, la conectividad de los procesadores Marani es una de esas ventajas silenciosas que marcan la diferencia en la práctica. “En el GUI está todo a la vista, todo a mano, con respuesta directa a los desafíos que se presentan en vivo”, explica.
Desde la serie E ya se puede trabajar con conexiones a distancia, en tiempo real, con estabilidad total en red, algo que en otras marcas de gama similar no siempre está disponible o requiere versiones distintas. La instalación por USB es simple, los drivers están accesibles y actualizados, y todo el ecosistema digital —desde descargas hasta firmware— se mantiene activo y receptivo. “Hay un trato real con los usuarios. Si sugerimos mejoras o reportamos detalles, el equipo de Marani los toma en cuenta y busca soluciones”.
Del venue al control: cómo se trabaja con Marani en campo
Para este entusiasta de la marca, cada show es un nuevo mapa sonoro por descifrar. Y cuando el sistema está procesado con Marani, la ruta se vuelve más directa. Su flujo de trabajo arranca incluso antes de llegar al lugar: “Previemente hablo con el dueño o encargado y, entre mi cableado y el de ellos, lo integro al sistema”. A partir de ahí, todo es secuencia y método. “Ajusto niveles de ganancias en entradas y salidas y luego procedo al AEQ según sea el caso”.
Si el sistema es DIY o artesanal, la flexibilidad se vuelve clave: “Me da la libertad de adaptarlos no solo con el sistema, sino también con el programa de audio del evento”. En cambio, si se trata de un sistema de marca, los ajustes son más específicos, pero igual de accesibles. Incluso para broadcast, Díaz confía en la versatilidad del MIR480i: “Ajusto el DEQ multibanda y en caso de monitoreo el FBK, y hago el procedimiento de limpiar el monitoreo de escenario ajustando el pitch shifting”.
¿Y qué recomienda a los nuevos usuarios que se enfrentan por primera vez a un DSP Marani en vivo?
Su consejo es simple, pero crucial: “Así como cuando se agarra una consola por primera vez: hay que leer, detenerse a observar el flujo de la señal en la pantalla. Es muy sencillo”. Y concluye con una idea clara: “Si hay un criterio de uso de cada herramienta, todo está a la vista para sonar con confianza”.
Trucos de precisión y contextos donde Marani marca la diferencia
Cuando se trata de operar bajo presión, Francisco “Viper” Díaz tiene más de un recurso probado en su caja de herramientas. Uno de ellos es el FBK, una función que activa desde el insert de plugin cuando sabe que el escenario lo va a exigir. “Sobre todo cuando es un evento con múltiples micrófonos abiertos, distintas calidades de voces y diferentes tipos de micrófonos”, explica.
En Venezuela, las condiciones a veces complican más de lo esperado: “Acá se da mucho la situación de los talentos arrodillados o agachados con el micrófono cerca de los parlantes de piso… y nuestra música folclórica batalla bastante con el cupping, esa costumbre de tapar la cápsula con la mano que altera todo: sensibilidad, patrón polar y respuesta en frecuencia”. En ese escenario, el FBK no es una solución mágica, pero sí una herramienta clave: “Es una tremenda base, ayuda al técnico en esas circunstancias”.
Su enfoque, sin embargo, va más allá de las funciones específicas. Para el PA, incluso sin análisis FFT, su premisa es orden y criterio: “Estructurar ganancias, EQ y dinámica creo que es lo que mantiene todo en control para sacarle provecho, sea la situación que sea”. Y si se puede aplicar el AEQ, no lo duda: “Es rápido, y la diferencia entre un sistema con y sin AEQ cada vez se nota más entre quienes lo usamos… y nos reímos cuando lo comparamos”, bromea.
Pero ¿en qué situaciones Marani marca realmente la diferencia? Para Díaz, la respuesta está en esos escenarios que parecen imposibles. “Hay sistemas DIY o incluso de marca en locales con acústica muy complicada, donde todo requiere una operación quirúrgica para que rinda de verdad”, asevera. Y lo resume con una frase que lo dice todo: “Se puede pasar de una pesadilla sonora a un sueño de audio placentero con pocos clics de procedimiento”.
De la curiosidad técnica al canal propio: una historia que recién comienza
Como muchos técnicos latinoamericanos, Francisco “Viper” Díaz comenzó explorando foros, software y marcas internacionales en busca de soluciones reales para el trabajo en campo. En una de esas búsquedas que dejaba y retomaba con los años, encontró MARANI. Descargó los programas de control y, aun sin tener un procesador en sus manos, entendió de inmediato el potencial que tenía frente a él.
Y lejos de quedarse ahí, su visión se proyecta hacia adelante, con claridad y compromiso: “Cada vez veo a MARANI más presente, más reconocido y educando, alcanzando a diferentes niveles de usuarios en toda Latinoamérica. Es una marca que nos permite responder con facilidad y calidad a preguntas que nos hicimos hace tiempo. Su aceptación en riders técnicos va en aumento, y eso nos abre nuevas oportunidades para trabajar mejor, con más herramientas y menos barreras”.
Así, lo que empezó como una curiosidad técnica terminó abriendo un camino: uno donde el conocimiento se comparte y la comunidad crece.
Un canal de YouTube, sí. Pero también un canal humano de experiencias y soluciones que hoy conecta a Francisco con cientos de colegas que, como él, siguen buscando el mejor sonido posible. Quienes quieran seguir de cerca su trabajo y acceder a sus contenidos pueden visitar su canal en YouTube: @FVDaudio
En un sector donde la precisión y la confiabilidad marcan la diferencia entre un buen resultado y una experiencia inolvidable, Marani emerge como un aliado técnico estratégico para quienes desafían los límites del sonido. Sus DSP no solo ofrecen herramientas de vanguardia, sino que reconfiguran la manera en que los profesionales abordan cada sistema, cada espacio y cada show. Para Francisco “Viper” Díaz, esa tecnología se convirtió en lenguaje, en método y en puente: entre la curiosidad y el conocimiento, entre la teoría y el escenario. Un puente que hoy, a través de su canal de YouTube, sigue inspirando a toda una generación de técnicos latinoamericanos a escuchar, y trabajar, de otra manera.