Los fans recibieron una sorpresa inesperada cerca del final del cierre de Bassrush Arizona, a la 1 de la madrugada. Los headliners Black Tiger Sex Machine dejaron a todos impactados cuando se quitaron sus icónicas máscaras de tigre luminosas y realizaron los últimos 10 minutos de su show con el rostro descubierto.
La revelación facial fue solo uno de los muchos momentos asombrosos en el evento producido por Insomniac Events, que sacudió el extenso WestWorld de Scottsdale. Artistas como Barely Alive, evocando la magia de la escena bass de 2010 con su característico set cargado de brostep, Ray Volpe, electrizando el escenario con hits como “See You Drop”, y muchos más, hicieron vibrar a los fans en cada instante.
Para igualar esos sonidos impactantes con un telón visual igualmente dinámico, Luis Torres, de HiLite Designs, desplegó un diseño de iluminación audaz y distintivo, potenciado por 164 equipos de CHAUVET Professional suministrados por Hardwired Productions.
Torres utilizó este arsenal lumínico para sumergir a todo el recinto en una luz intensamente brillante. En ocasiones, esa iluminación consistió en baños monocromáticos acentuados por destellos en blanco y ámbar. En otros pasajes del festival de un solo día, la inmersión visual se logró mediante pantallas de video, patrones geométricos y haces láser que atravesaba todo el piso de baile.
“El venue realmente potenció el diseño”, explicó Torres. “La estructura alta, bien proporcionada y con capacidad de carga adecuada nos permitió colgar producción sobre la multitud y sobre el escenario. El espacio nos dio muchas oportunidades para generar grandes impresiones”.
Torres unió el escenario y el enorme venue volando seis pods cargados con luminarias a lo largo de la parte trasera. Esto no solo hizo que el escenario, de 168 pies de ancho, pareciera aún mayor, sino que también involucró al público con una iluminación intensa dirigida hacia ellos. Cada pod incluyó cuatro estrobos, más ocho en el truss de video, mientras que las unidades restantes se distribuyeron en el piso a través de trusses de la casa.
El poder estroboscópico del rig de Torres vino de sus 36 STRIKE Array 2 y 18 STRIKE Array 4. También se sumaron 68 Color STRIKE M y 42 Maverick MK3 Wash, todas luminarias de CHAUVET Professional. Las unidades de wash se dispersaron sobre la audiencia, generando baños inmersivos en todo el recinto y siguiendo el pulso de los drops de bajo.
Además de cumplir con su objetivo principal de reflejar la música en el escenario, la iluminación integral de Torres fue clave para conectar al público con los artistas. “Quería que todos se sintieran parte de esto”, dijo Torres, quien agregó que también buscó que el show completo “se sintiera como una fiesta”.
Fiel a su visión, Torres logró crear un ambiente festivo en el gran venue. Y como en toda buena fiesta, Bassrush Arizona permitió que cualquiera pudiera sorprenderse y sorprender a los demás, incluso si se trataba de un headliner quitándose sus máscaras emblemáticas.