En la edición de este año del festival Telekom Electronic Beats en Berlín, el diseñador de iluminación Rolf Wenzel utilizó 90 estrobos híbridos JDC2 IP de GLP para crear una arquitectura lumínica impactante en CANK, una antigua tienda departamental de C&A en Neukölln. Las luminarias fueron integradas en una estructura de rejilla de gran formato, inspirada en la estética disco clásica de los años 80. El enfoque estuvo puesto en campos de luz dinámicamente iluminados y en una visualización basada en video de estos versátiles equipos.
El objetivo de la instalación era aprovechar al máximo el limitado espacio arquitectónico del recinto, de 3 metros de altura y sin posibilidad de colgado, para crear una propuesta lumínica apta tanto para sets de DJs como para presentaciones en vivo. El elemento central fue un bastidor tipo podio de 30 metros de ancho por tres de alto, con 90 unidades JDC2 IP controladas individualmente, dispuestas en módulos de 1 x 1 metro, separados de forma equidistante por deflectores para generar un patrón de luz limpio y sin deslumbramientos.
La arquitectura como escenario
El muro de luz fue construido a partir de simples niveles de un metro de longitud, apilados uno sobre otro y equipados con divisores para formar un sistema tipo estantería en forma de rejilla. El frente se revistió con una lámina negra tipo “opera foil” para lograr acabados prolijos y superficies libres de reflejos. La estructura abarcaba todo el ancho del recinto, otorgando al espacio una sensación de amplitud horizontal más cercana a la de un club que a la de un escenario de concierto tradicional.
La capacidad de video como herramienta de diseño
El nuevo estrobo híbrido JDC2 IP de GLP fue elegido deliberadamente para esta aplicación, no solo por su potencia lumínica, sino sobre todo por su capacidad de reproducción de video. Con el apoyo de Michael Feldmann y Toto Bröcking, se utilizaron servidores propietarios de protocolo de video de GLP. Estos tradujeron la señal NDI transmitida al protocolo específico de GLP y distribuyeron únicamente el área de imagen correspondiente a cada dispositivo. “Esto nos permitió no solo generar superficies que parpadeaban, sino también trabajar con estructuras delicadas y transiciones sutiles, lo que hizo que los visuales fueran aún más interesantes”, explica Rolf Wenzel.
Una vez instalado, todo el sistema funcionó de forma sólida y sin interrupciones, gracias en gran parte al operador Martin Heining en la consola de iluminación y a un equipo técnico que, afortunadamente, no tuvo que intervenir para mantener el sistema en marcha.
“Aunque el uso del foil negro de ópera ciertamente no fue una aplicación típica para el JDC2 IP, su potencia y capacidad de video ofrecieron exactamente lo que esperaba de este dispositivo”, resume Wenzel.