Innovar con ritmo, liderar con legado: la historia viva de Equipson.

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De un saxo y una manguera improvisada a una compañía global de tecnología para el espectáculo. La historia de Equipson es la de un padre músico, un hijo estratega y una pasión familiar que transformó la industria del audio desde Valencia hacia el mundo.

En una calle tranquila de Valencia, donde el Mediterráneo marca el ritmo de los días, nació una empresa que soñaba en grande desde el primer acorde: Equipson. Detrás del nombre, la visión de un joven apasionado por la música y el sonido profesional desde los 14 años. José Vila, su fundador, canalizó décadas de experiencia y contacto directo con el mercado para dar forma a una compañía que, con los años, se transformaría en referente global de soluciones tecnológicas para el espectáculo.

El impulso inicial fue más visceral que estratégico: el deseo de emprender, de construir algo propio desde la experiencia real del usuario. “Crear una empresa con las ideas de producto que creía que necesitaba un mercado en el que llevaba trabajando toda mi vida era una ilusión demasiado grande para no verla cumplida”, recuerda José Vila. Lo hizo con más de 40 años, dos hijos y toda la responsabilidad que implica lanzarse a lo desconocido con una familia formada. “No es lo mismo emprender a los 20 que a los 40, pero la motivación era tan grande y la seguridad en que era el camino correcto tan clara, que di el primer paso… y aquí estamos 30 años después”.

Pero el germen de Equipson, en realidad, había empezado mucho antes. La música fue el motor silencioso que impulsó cada paso. José tocaba el saxo tenor desde los 14 años, fabricaba guitarras españolas a mano antes de ser mayor de edad, y trabajó como técnico de sonido, manager y luego representante en un fabricante nacional. “La música lo ha sido todo en mi vida. He tocado la guitarra, el saxo, y terminé siendo bajista, instrumento que sigo tocando hasta hoy”, cuenta. Incluso recuerda con una sonrisa su primera aventura tecnológica: construir, en los años 70, una manguera de audio casera usando una manguera de regar y polvos de talco para pasar los cables desde el escenario hasta la consola. “Sin duda, Equipson no existiría si no hubiera estado vinculado a este mundo”, asegura.

Y no tardaron en llegar los resultados: la caja acústica WPL-1 marcó el primer gran hito. Con su diseño innovador, un sonido que sorprendía y un precio accesible, se convirtió en un fenómeno que se mantuvo en catálogo por dos décadas. Hoy, es un legado que aún resuena en la memoria de la compañía.

Aquel mercado de comienzos de los ‘90 era otro planeta. No existían las plataformas digitales, los pedidos se gestionaban por fax, y las relaciones comerciales se construían cara a cara, de feria en feria, de tienda en tienda. En ese contexto, abrirse camino fue una tarea titánica. Pero Equipson tenía una ventaja: la credibilidad de quien la lideraba. “Llevaba toda mi carrera trabajando con equipos de sonido y vendiéndolos directamente a los clientes, sabía exactamente qué necesitaba el mercado en ese momento”, dice José, y agrega que la clave fue transformar esa experiencia en respuestas concretas. Su visión, desde el inicio, fue clara.

Lo curioso es que, aun en medio de esa etapa fundacional, Equipson tenía la mirada puesta más allá de sus fronteras. Apenas un año después de su creación, ya exhibían en la feria Prolight + Sound en Frankfurt, con una clara determinación: jugar en la cancha internacional. Esa proyección se consolidó con la creación de WORK PRO, marca emblema de la empresa y piedra angular del crecimiento global. Nacida con la empresa misma, WORK PRO simboliza no sólo su identidad en el mundo del audio, sino también su manera de trabajar: profesionalismo, escucha activa y evolución constante.

La escucha, de hecho, fue siempre el corazón de la compañía. No como concepto vacío, sino como práctica. José había pasado 18 años recorriendo el sector como director comercial, recibiendo de primera mano las demandas, quejas, sugerencias y sueños de los usuarios. Así nacieron los primeros productos: como respuestas a necesidades reales. Ese enfoque centrado en el cliente no se perdió con el crecimiento. Al contrario: se volvió un rasgo distintivo de la marca.

En lo personal, José no imaginaba que algún día compartiría el timón de la empresa con uno de sus hijos. “En un principio no estaba planeado que vinieran a trabajar conmigo. De hecho, sus carreras indicaban lo contrario, pero la vida nos fue acercando”. Juan José Vila, actual CEO y COO del grupo, confirma ese giro inesperado: “Yo no empecé aquí. Trabajé en otras empresas del sector IT y desarrollé mi carrera fuera de Valencia. Volví por motivos personales, y aunque no era mi plan continuar un legado, sí lo era ayudar a que este proyecto fuera lo más exitoso posible”.

La transición del liderazgo nunca fue una decisión formal, sino un proceso natural. “Siempre hemos trabajado juntos y nos fuimos dividiendo las áreas de manera orgánica. Cada uno se enfoca en lo que mejor puede aportar”, explican. El paso del tiempo irá completando esa transición, pero lo esencial ya está en marcha.

Con más de dos décadas en la compañía, Juan José ha sido clave en modernizar su estructura y cultura. “Uno de los cambios más importantes fue dividir el grupo en verticales especializados. Así surgieron WORK PRO, Lightshark y Fantek, cada uno con su propio equipo de desarrollo. Esa estructura nos da agilidad y foco, sin perder la fuerza del conjunto”.

Su estilo de liderazgo también ha marcado una diferencia. “Valoro mucho el talento. Me gusta rodearme de gente que sea mejor que yo en lo que hace. Nadie puede hacerlo todo, pero si sabés ver y apoyar a quienes alcanzan la excelencia, ahí está la clave”, explica. Se define como un líder entusiasta y motivador. “Era nadador, y mi entrenador decía que yo era la enzima del equipo, el que marcaba el ritmo. Esa es mi manera de liderar: empujar con entusiasmo y dejar que cada uno brille en su carril”.

Los aprendizajes del padre siguen presentes. “No dejar enquistar los problemas. Afrontarlos en cuanto surgen, y hacerlo en frío”, repite Juan José. También rescata la importancia de la diversificación y de mantener el foco incluso en contextos complejos. “Con el equipo adecuado, eso es posible”, afirma.

Hoy, los desafíos no vienen solo del sector audiovisual. “La pandemia, la crisis logística, la escasez de componentes, la tensión geopolítica… esos han sido los dolores de cabeza más grandes”, reconoce Juan José. En un entorno donde las grandes fusiones están reconfigurando el mercado, el reto para empresas como Equipson es claro: “Ser más dinámicos y ágiles que los gigantes. Ahí está nuestra ventaja”.

La innovación es el reflejo de ese dinamismo. En productos como LightShark, ese ADN se vuelve tangible. “En el equipo somos bastante geeks, estamos atentos a cada nueva tecnología. Muchas veces es ese radar interno lo que nos permite adelantarnos”, reflexiona Juan José. Y aunque el sector ha cambiado radicalmente con la integración entre software, redes y control remoto, en Equipson entienden que eso también redefine el perfil profesional. “Hoy casi es más valioso un buen ingeniero de redes que uno de sonido. Incluso ciberseguridad ya forma parte de una instalación. Hace 15 años, eso era impensado”.

La sostenibilidad también está en el centro de sus decisiones. “No solo por conciencia. La regulación viene fuerte y quien no se prepare va a pagar un precio. Invertir ahora es también una decisión estratégica”, confiesa Juan. Y en cuanto a futuro, la IA ocupa el primer plano: “Es la revolución más veloz que hemos enfrentado. Nos estamos adaptando para que no nos tome desprevenidos”.

Aunque muchas decisiones han generado debates intensos, como el desprendimiento de Lightshark de WORK PRO para constituirse como marca propia, ambos coinciden en que esas discusiones son parte vital del crecimiento. “Discutimos todos los días”, dicen entre risas. Y no cambiarían nada: “Claro que hoy haríamos muchas cosas distintas… pero con la información de hoy. No sería justo juzgar el pasado con ojos del presente”.

Cuando se preguntan qué admiran el uno del otro, José destaca la constancia y visión estratégica de su hijo, mientras Juan José subraya la energía inagotable de su padre. “Sigue pensando en nuevos proyectos y eso aún me sorprende”, admite. Tal vez por eso, no resulte raro que José siga tocando con su banda Los Genios, ensayando cada semana y celebrando el lanzamiento de su quinto disco, mientras su colección privada de instrumentos y equipos supera las 400 piezas. “La música siempre ha estado presente en casa”, dice con orgullo.

El futuro, coinciden, pasa por afianzar cada marca en cada mercado. Y el sueño, simplemente, es lograrlo. “Nos encanta lo que hacemos. Si eso deja huella o no, será una consecuencia”, reflexionan. Y si pudieran dejar una enseñanza para las futuras generaciones de Equipson, sería clara: “Diversificar, invertir en servicio y trabajar juntos con ilusión”.

Desde Valencia, la historia de Equipson se sigue escribiendo con la misma energía con la que comenzó: apostando a la innovación con los pies en la tierra, el oído cerca del cliente y el corazón al ritmo de una banda sonora familiar. Porque en este viaje, la tecnología es el medio, pero la música, como la pasión, es el verdadero motor.

https://www.equipson.es

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